Fue en julio cuando me encontré a Guada Sáez y me contó que estaba empezando una obra de teatro nueva. El guión ya estaba terminado, pero La Familia Política aún tenía que decidir multitud de cosas sobre escenografía, fechas de ensayo, estreno, etc… Me propuso unirme a su equipo para dar vida a las ilustraciones que acompañarían la escenografía, nunca había hecho algo parecido, así que no pude decir que no y más siendo un tema tan necesario.
En cuestión de unas semanas tuvimos las primeras reuniones y los primeros ensayos. Pudimos ver la obra desde los primeros esbozos interpretativos y comprenderla. Y ya entonces nos pusimos manos a la obra.
He dibujado muchas cosas, pero en esta ocasión tenía que dibujar con conciencia de que lo que diseñase se convertiría muchas veces en un objeto, por lo que tuve que tener mucha comunicación con el escenógrafo Miguel Ángel Camacho, un maestro de la escenografía y como digo yo, un artista del renacimiento que lo mismo te puede pintar un cuadro que crear un invento maravilloso. Miguel Ángel ha dedicado su vida al teatro y este año ha creado escenografías muy interesantes como Hamlet o La Celestina. A pesar de eso, he descubierto que tengo una tendencia a crear cosas con mucha información, Miguel Ángel en cambio, es más partidario del menos es más, algo que hemos tenido presente para que los elementos no contasen demasiado, solo lo justo y cumpliesen su función.